Esta muestra propone una constelación de obras que tiene como punto de partida el territorio patagónico. Un espacio que permite, aún a pesar de su geografía mitificada -la cordillera, la nieve, las ballenas, etc.- dar lugar a la experimentación y a la exploración. Lo ficticio, la mentira, lo monstruoso y lo artificial como mundos posibles.

En esta oportunidad Ostrea promueve una selección de artistas para Mapa 2022 con la dirección de Mariano Britos, la curaduría de Irina Svoboda y gracias al apoyo de la Fundación Arte Móvil (FAM) y las marcas que nos acompañan.

Maia Gattás Vargas

Es una obra que piensa las relaciones entre el paisaje geológico y la representación científica. Consiste en una video instalación conformada por un video found footage (10 min) y una vitrina con una colección de piedras patagónicas verdaderas y otras falsas, que fueron fabricadas con materiales biodegradables mediante impresión 3D, cerámica y cristalización de azúcar.  Está acompañada por una serie de cinco collages en papel vegetal titulada Estratos (2021) de 50 x 80 cm.

Esta muestra propone una constelación de obras que tiene como punto de partida el territorio patagónico. Un espacio que permite, aún a pesar de su geografía mitificada -la cordillera, la nieve, las ballenas, etc.- dar lugar a la experimentación y la exploración, a lo ficticio, la mentira, lo monstruoso y lo artificial como mundos posibles.

En esta oportunidad Ostrea promueve una selección de artistas para un evento especial con la curaduría de Irina Svoboda y la dirección de Mariano Britos, gracias al apoyo de la Fundación Arte Móvil (FAM).

Nacho Iasparra

En Fósil (2017-2018) Nacho Iasparra (Buenos Aires, 1973) trabaja sobre la noción del paisaje patagónico como un paisaje fantasma. A partir de seis fotografías de 70 x 100 cm impresas en papel Tyvek realizadas durante su estancia en Comodoro Rivadavia, registra rastros de civilizaciones pasadas, de algo que fue.

María Carla Romero

Ajena es un conjunto de piezas que incluye dibujos, pinturas flotantes, trajes y textos. Todo funciona articulado: dibujo/pintura, cuerpo/traje, espacio/escena. Son paisajes que devienen  en organismos expulsados que dan lugar a un nuevo universo de ficción donde lo monstruoso es protagonista.

Charly Sosa

De Caleta a la Luna es una serie de fotografías de 60 x 90 cm que trabaja su encierro personal, un ostracismo que le permite ficcionar su vida a partir de lo que sucede en las redes sociales, las noticias locales y nacionales y otras anécdotas pueblerinas. Utiliza diversos materiales de internet y objetos de su propia vida cotidiana para componer esas ficciones.